Los esfuerzos de las empresas y gobiernos para adaptarse a la pandemia del Covid-19 han sido admirables, pero hasta ahora hemos visto sólo una pequeña muestra de la presión que podría haber en las empresas y en sus presupuestos de seguridad.
La ciberseguridad se enfrenta a múltiples retos a la vez. La crisis que se avecina indica que los presupuestos para seguridad informática tendrán más presión que nunca a la vez que se presenta un mayor riesgo. Además, existe otro reto para los equipos de seguridad quienes deben gestionar enormes volúmenes de alertas y emplear un 15% de su tiempo disponible filtrando alertas para determinar cuáles de sus 3.000 notificaciones diarias valen la pena ser examinadas.
Actualmente, muchas empresas funcionan bajo la premisa de que aumentar los gastos de ciberseguridad aumenta la protección. Se ha comprobado que esta afirmación es falsa. Los efectos económicos del coronavirus incentivarán a los CISOs a aplicar sus presupuestos de forma más efectiva, enfocándose en soluciones que les brinden resultados tangibles. Durante mucho tiempo, la industria ha carecido de la habilidad de adaptar posturas de seguridad con base en información confirmada sobre el compromiso. Suplir esa carencia es imperativo.
Algunos expertos de la industria afirman que la ciberseguridad nunca será la misma después del coronavirus y debemos asumir que más trabajadores estarán en casa después de la crisis, creando un efecto duradero en la ciberseguridad. El llamado a los CISOs es aclimatarse a la idea que no regresaremos a la situación que conocíamos y debemos acostumbrarnos a hacer eficientes en la implementación de cada recurso.
En Lumu, creemos que ciberseguridad necesita desesperadamente un importante avance. Sin embargo, nunca hubiéramos podido predecir la abrupta disrupción al sector empresarial, haciendo que la necesidad por una mayor visibilidad de compromisos no solo sea imperativa sino también urgente.
Nunca antes había sido tan relevante tener la habilidad de utilizar hechos para tomar decisiones precisas. La Evaluación Continua del Compromiso de Lumu no solo detecta compromisos individuales dentro de la infraestructura de su red, sino que también mide el nivel de compromiso al cerrar el ciclo de retroalimentación. Esto le permite establecer un punto de partida para la efectividad de sus sistemas de seguridad y emplear su presupuesto hacia la simplificación de ese punto de partida. En consecuencia, podrá comprender dónde se necesita realizar inversiones adicionales, dónde se presenta un rendimiento más bajo de las tecnologías y dónde se encuentran las oportunidades para obtener más eficiencia.
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